28 marzo 2016

Rascafría: una ruta encantadora

Rascafría ruta río A una hora en coche desde Madrid queda Rascafría, pequeño y encantador municipio del Valle de Lozoya, a 1.200 metros de altura, con un temperatura muy agradable, incluso en verano. Desde allí hemos hecho una ruta de ensueño partiendo del Monasterio Santa María El Paular, bordeada por pequeños riachuelos que alimentan las Presillas de Rascafría, grandes pinos y un paisaje hermoso, aun ahora que todavía la primavera no luce sus mejores galas.
Mochila al hombro, hemos caminado unos 6 kilómetros de ida y vuelta, por un camino señalizado y de poca dificultad. Si os digo la verdad, quería quedarme allí y no regresar a la ciudad: Aire puro, sonidos sublimes, verdes por doquier. Una experiencia que vale la pena para todos los amantes de la naturaleza.



Monasterio Santa María El Paular


Rascafría turístico MadridNuestra ruta de senderismo ha tenido un punto de partida excepcional: el Monasterio Santa María El PaularFundado en 1390 por Enrique II de Castilla,  fue una cartuja durante 450 años; de allí su característica arquitectura funcional y la distribución de sus dependencias que procuran silencio y aislamientoDesde 1954 es una Abadía Benedictina, considerada un Bien de Interés Cultural Patrimonio histórico de España. Cuenta con tres edificios monumentales de estilo gótico-mudéjar y barroco, que albergan hermosas obras de arte: el monasterio, la iglesia y un palacio, que en un inicio fue para el disfrute de reyes, y hoy en día se ha convertido en hotel. En esta ocasión no lo hemos visitado, pero más adelante os contaré, ya que está en nuestra listas de sitios por conocer en Rascafría, además de: el Ayuntamiento, la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, La Casona y la famosa Fábrica de Chocolate Natural, una delicia, según me han contado.


Ruta de senderismo


Frente al Monasterio, sobre el río Lozoya, está el Puente del Perdón, puente hecho de piedra con sillería de granito que data del siglo XVIII. Se construyó para sustituir al original, edificado en 1302, el cual fue destruido por las crecidas del río y la climatología invernal, que en aquella época era muy fuerte. El puente debe su particular nombre a que era transitado por presos medievales camino a la horca, mas aquellos que obtenían el perdón de sus faltas, lo cruzaban para luego quedar en libertad. 
Desde este interesante punto y junto a un rebaño de ovejas negras muy simpáticas y conversadoras, hemos iniciado nuestra ruta. Si vaís preparados para una larga caminata, que podría tomaros unas 5-6 horas, os recomiendo llegar hasta la Cascada del Purgatorio.


El camino es sencillo, asfaltado y muy transitado desde el Puente del Perdóncruzando la Finca los Batanes hasta las Presillas de Rascafría. En este momento, que se inicia la primavera, las presillas tienen poca agua en comparación a verano cuando se convierten en un muy valorado espacio de recreo, dadas sus piscinas naturales con agua de montaña. Su extensa pradera cuenta con una amplia grama verde ideal para un día de picnic. Allí tenéis disponible aseos y una pequeña cafetería-bar.

Nosotros disfrutamos un rato de las presillas, y luego continuamos nuestro paseo por la pista forestal de tierra, entre robledales jóvenes y variadas especies de pinos, remontando el río Aguillón; disfrutando de sus pozas y rápidos cauces, de su hermosa rivera plagada de pequeñas flores blancas y amarillas, y del cantar de las primeras aves que celebran el fin del invierno. Para nuestra grata sorpresa vimos en el trayecto caballos, vacas, ovejas y toros pastando, en distintos espaciados cercados. Atentos porque están en propiedad privada y no se permite el paso hacia ellas.

Luego de una hora aproximadamente llegamos a un segundo puente, ahora de madera y en su verde cercanía hemos pasado la tarde, disfrutando del espléndido paisaje: montañas nevadas del Valle de Lozoya, flanquedas por la Cuerda Larga y los Montes Carpetanos, el río Aguilón y el sonido de su cauce traslucido. Como os dije al principio, feliz me hubiese quedado allí muchas, muchas horas mas.

Dado que faltaban 2 kilómetros para llegar a la cascada y que pronto iba a anochecer,  no llegamos hasta ella; mas os dejo aquí la ruta con detalles, por si os animáis. Ida y vuelta tiene 13 kms, 354 metros de desnivel, dificultad media y suele hacerse en 4 horas sin niños y en óptimas condiciones físicas. Si este no es vuestro caso, y se parece mas al nuestro: con niños y condiciones físicas "normales", sumen 20 minutos por cada hora de caminata en teoría. En este caso, diría que la ruta es de 5,5 horas aproximadamente (desde el punto inicial). 





Para aparcar nuestro coche, hemos utilizado el parking de visitantes del monasterio, aunque también os sirve el de la Presillas. Tomad en cuenta que este último es de pago en verano: 5 euros turismo y 10 las furgonetas. 

Toda la ruta está jalonada con estacas que tienen las siglas JV 6 y señalizada con franjas blancas, rojas y amarilas en árboles y grandes piedras, no hay pérdida posible. Así que, a disfrutar de una paseo genial por la naturaleza.



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